Extiende la masa quebrada sobre una fuente de horno, previamente untada con aceite o mantequilla.
Pinchar toda la superficie de la masa con un tenedor y añade un buen puñado de garbanzos o alubias para evitar que se abulte al hornearla. Mete en el horno precalentado a 200ºC durante 10-12 minutos, o hasta que la masa esté algo dorada.
Mientras tanto, en una sartén con un poco de aceite, pon a freír los puerros. Cuando tengan el aspecto transparente, quítalos del fuego y resérvalos.
En un bol, bate los huevos, la nata, la nuez moscada, sal y pimienta.
Retira la masa del horno y cuando esté fría quita los garbanzos. Reparte el puerro sobre su superficie y vierte encima la mezcla anterior. Corta el queso gorgonzola en trozos y distribúyelo por encima de la quiche. Añade también las nueces.
Vuelve a meter la quiche al horno unos 30-35 minutos o hasta que cuaje y se dore. La quiche se puede servir caliente, templada o fría y con el acompañamiento que más te guste.